Condenaron a quien robó fortuna de una caja de seguridad con lo que vivió como millonaria

Rocío Belén Mores fue condenada por haberse apoderado de 43.300 euros, propiedad de Analís Caramuto y de su esposo; y 500.000 pesos propiedad de Andrés Caramuto.

Ese dinero estaba resguardado en una caja de seguridad que se hallaba en una de las habitaciones del domicilio donde vive la profesora Maria Ester Pitteri viuda de Caramuto, 81, madre de los damnificados, una señora muy mayor, muy bien recordada por su dedicación en la enseñanza secundaria, quien recibía a Mores en su casa porque era su "cuidadora" por las noches.

"Necesitaba a alguien que me cuide a la noche. Ella se presentó como cuidadora y de esa manera entro a mi casa", contó la querida profe, quien -de paso cañazo- le reprochó que era faltadora al trabajo, y que más de una vez se ausentaba de madrugada cuando ella necesitaba ayuda para ir al baño, teniendo el deber de permanecer. Recordó que ella estaba convalesciente porque había sufrido un accidente doméstico y se había fracturado dos costillas y clavícula.

Contó que los euros eran los que enviaba su hija desde Europa -donde vive hace varios años- para tenerlos como ahorro. Y que una parte del dinero era suyo, también producto de ahorros, y que los necesitaba por su enfermedad.

Explicó que siempre trataron que la cuidadora no tenga acceso a la llave de la caja de seguridad y que la guardaban dentro de un placard. Hasta que lo supo y se aprovechó.

El delito fue tipificado como hurto calificado por la utilización de llave verdadera, según artículo 173 inciso segundo del Código Penal Argentino, que contempla pena de 1 a 6 años de prisión. Dentro de ese abanico de posibilidades, acordaron la pena de tres (3) años de prisión de ejecución condicional, como autora penalmente responsable.

CONDICIONES

Para cumplir la pena en libertad condicional, Mores debió fijar domicilio donde pueda ser localizada, no cometer nuevo delito doloso, abstenerse de acercarse a menos de 200 metros de las personas damnificadas, con quienes además tiene prohibido comunicarse; y debe abstenerse de consumir estupefacientes y abusar de bebidas alcohólicas; y no portar ni tener ningún tipo de arma.

La condena firmada por el juez penal Gonzalo Basualdo fue acordada por todas las partes.

En el caso trabajaron el fiscal Alejandro Rodríguez y los abogados Marcelo Venettucci (por los damnificados) y Ricardo Degoumois como defensor de la condenada.

Mores le respondió afirmativamente al juez, que ella asumía su responsabilidad y que estaba de acuerdo con el reproche penal.

 

TESTIMONIO DE LA DAMNIFICADA: 

"HE VENIDO DESDE ESPAÑA PARA PEDIR JUSTICIA" 

"NUNCA NOS PIDIO PERDON" 

Analís Caramuto hizo uso de la palabra, manifestando: "Quiero decir que he venido desde España para pedir justicia, para estar presente hoy, cuando la señora Mores firme su condena penal. Quería estar presente, quería que lo haga delante de mí, quería que me conozca, porque no me conoció nunca, quería decir que a ella se le dio la posibilidad de pedir disculpas, de devolver y hoy no estaríamos aquí. Ella nunca asumió su conducta delictiva, nunca nos pidió perdón y esperaba que hoy sea el día, que hoy se disculpe con toda nuestra familia, porque ella hizo algo muy grave, que fue culpar a nuestra madre, decir que nuestra madre le regaló el dinero, son 500.000 pesos y 43.300 euros. Esta persona que no me quiere escuchar, abuso de la confianza de una familia, tenía que cuidar de nuestra madre, y en vez de cuidarla, aprovechaba esos momentos para robar, para robar 500.000 pesos y 43.300 euros, que al día de hoy son 35 millones de pesos. Hoy pensaba que era el día en que ella nos se iba a pedir perdón. Esto va a continuar, sabemos que tiene nuestro dinero y tanto Eduardo como yo, vamos a hacer todo lo posible para que esta persona devuelva cada peso y cada euro que nos robó". 

 

LA CONDENADA 

Rocío Belén Mores, DNI N° 41.407.244, tiene 24 años. Nació el 22 de diciembre de 1998 y tiene domicilio en las 102 Viviendas de Barrio Zulema, Ciudad de Reconquista. Es hija de una docente, con quien vive, y quien se ofreció como "guardadora" cuando consiguió evitar la prisión preventiva que habían solicitado el fiscal y el abogado de los damnificados.

La audiencia imputativa había sido el 10 de diciembre del año 2020, en plena pandemia, cuando el fiscal Rodríguez había ordenado detenerla.

Al día siguiente fue la audiencia para discutir las medidas cautelares, donde el juez penal Gonzalo Basualdo denegó la prisión preventiva que había solicitado el representante del MPA y el Dr. Venetucci en representación de los damnificados, argumentando que la imputada planeaba fugar a Europa, para lo cual había iniciado el trámite del pasaporte en la Ciudad de Malabrigo y había comprado hasta las valijas. También argumentó que faltaba recuperar todavía gran parte de la fortuna sustraída.

Contra todos esos argumentos, el magistrado liberó a Rocío Mores, bajo la guarda de su madre, quien es docente y conviviente. Debía concurrir semanalmente los días miércoles a la Comisaria II de Reconquista para dar cuenta de su presencia.

Gracias a la decisión del juez, Rocío estuvo presa solo un par de días; y nunca devolvió la fortuna que falta.

Vale recordar -tal lo informado entonces por ReconquistaHOY- que apenas denunciado el hecho, la policía logró recuperar 19.350 euros y 51.000 pesos que estaban en poder de la imputada.

Por entonces también se hizo rueda de reconocimiento donde se determinaron compras que hizo Rocío Mores con el dinero sustraído. Entre lo que compró, había dos valijas nuevas, una notebook nueva y varias carteras.

Para defenderse, en principio, la imputada había dicho que el dinero se lo regaló la profesora Pitteri, quien lo negó en su declaración. El dinero fue sustraído, tal como finalmente lo reconoció la acusada, ahora condenada.

 

VIDA DE RICO

Tras alzarse con la fortuna de los Pitteri Caramuto, Rocío incurrió en "gastos voluminosos",  revelaron los acusadores. 

 

Todas las noches pedía delivery de comidas, postres, bebidas y cigarrillos, todo por delivery.

Uso indiscriminado de Remises.

Adquirió muebles y contrató fletes para el traslado.

Invitaba indiscriminadamente amigos a bares, diciendo: yo te invito, yo pago.

Pidió turnos para cosmetología para hacerse las uñas y concurría a bancos.

Llevaba una vida ostentosa.

Planeaba irse a Europa. Ya había comprado hasta las valijas y tramitaba el pasaporte.

También planeaba un viaje a Córdoba donde había reservado una cabaña.